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La educación remota les está costando una fortuna a los padres

(CNN Business) –– Una escuela privada nunca estuvo en los planes de Colby Shire cuando ella y su esposo formaron una familia. Simplemente es demasiado costosa. Por eso, la pareja compró una casa en un buen distrito escolar público en York, Pensilvania, donde el tamaño de las clases es pequeño.

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macamilarincon
CNN ESPAñOL — (CNN Business) –– Una escuela privada nunca estuvo en los planes de Colby Shire cuando ella y su esposo formaron una familia. Simplemente es demasiado costosa. Por eso, la pareja compró una casa en un buen distrito escolar público en York, Pensilvania, donde el tamaño de las clases es pequeño.

Entonces sucedió 2020.

Este verano, en medio del caos y la confusión en torno a las reaperturas escolares debido a la pandemia, Shire y su esposo cambiaron el plan de aprendizaje de su hija tres veces.

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La escuela pública les había dicho que su hija de 5 años podría asistir a clases presenciales dos días a la semana y pasar tres días en casa aprendiendo en línea, o simplemente quedarse en el hogar toda la semana y tomar clases a distancia. En caso de elegir el plan híbrido de la escuela, su guardería se ofreció ––por US$ 775 al mes–– encargarse de la niña durante los tres días que habría estado sin clases presenciales. Otra opción era una escuela privada en el área que les ofrecía una clase de preescolar cinco días a la semana de 9 a.m. a 3 p.m. por US$ 839 al mes.

Los esposos, que trabajan ambos tiempo completo, eligió la escuela privada porque le ofrecería a su hija la mayor consistencia y minimizaría los dolores de cabeza de la programación diaria.

«No somos ricos y podríamos haber usado ese dinero para ayudar a pagar la deuda», dijo Shire.

Incluso si las escuelas públicas abrieran tiempo completo en algún momento durante el año escolar, Shire dijo que planea mantener a su hija en la escuela privada para el preescolar. «Queríamos asegurarnos de que ella tuviera una experiencia realmente buena… Así que utilizaremos el dinero y lo resolveremos el próximo año».

Educación en línea vs. educación tradicional 4:06

En todo el país, muchas escuelas públicas optaron por la educación a distancia durante toda la semana escolar para algunos, debido a los protocolos de distanciamiento social. Ante la poca orientación confiable del gobierno y los funcionarios escolares, los padres han tenido que elegir entre un revoltijo de opciones educativas improvisadas y costosas para sus hijos.

Crear un aula de primer grado en casa

En la ciudad de Nueva York, Anthony Andino y su esposa tienen una hija de 6 años que ingresa al primer grado en una escuela pública. A ellos también se les dio la opción de que permaneciera en casa tiempo completo o que asistiera a clases presenciales unos días a la semana. La familia decidió que se quedara en el hogar.

Andino, quien recientemente perdió su trabajo en hotelería debido a la pandemia, estará allí para ayudarla con su aprendizaje en línea mientras su esposa trabaja a tiempo completo en una pequeña empresa local.

Los Andino querían darle a su hija de 6 años todo lo que normalmente estaría en su salón de clases de primer grado.

Aunque planea supervisar el aprendizaje en casa por sí mismo, Andino señaló que ha invertido US$ 1.300 en equipos nuevos y suministros para replicar lo que su hija tendría en un salón de clases de primer grado. Le compró un escritorio nuevo y marcadores, crayones, tijeras y otros materiales suficientes para todo un semestre, así como un iPad para sus lecciones a distancia. Andino dijo que el iPad pareció una buena idea dado que los niños pequeños necesitan moverse mucho. «Tiene 6 años y tiende a caminar y dejar caer cosas de vez en cuando».

Si hubiera sido un año escolar normal, Andino calcula que podría haber gastado menos de un tercio de los US$ 1.300 en sus útiles escolares.

Clases en línea en una guardería

El hijo de 8 años de Anna Brewer comenzó el tercer grado en Chico, California, hace unas semanas, pero su escuela pública no ofrece ninguna clase presencial. Como ella y su esposo no trabajan desde casa y no tienen familiares cerca que puedan ayudarles a cuidarlo, su hijo recibe sus clases remotas en la guardería en una iglesia local, donde está agrupado con aproximadamente 10 niños de diferentes grados y escuelas.

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Brewer explicó que eligió esa guardería porque, por US$ 520 al mes, resultaba más barata que una opción similar ofrecida por el departamento de parques y recreación de la ciudad a US$ 775. Irónicamente, esa opción lo habría ubicado en el gimnasio del mismo edificio de la escuela donde no se permiten clases presenciales.

«Si no río, estaría llorando», dijo Brewer.

La guardería de la iglesia le permite dejar a su hijo lo suficientemente temprano para llegar a trabajar a tiempo y permanece allí hasta las 5 p.m. Él comienza su día con tres horas de clases por Zoom, luego debe hacer sus tareas escolares por su cuenta, dijo. En casa por las noches, Brewer y su esposo trabajan con él en las tareas escolares que no pudo terminar durante el día.

Según Brewer, la factura mensual ahora es aproximadamente US$ 335 más de lo que gastaba en cuidado después de la escuela antes de la pandemia. Es dinero, dijo, que de otro modo se habría destinado a los ahorros para la jubilación y la universidad o para pagar la hipoteca.

¿La educación en línea llegó para quedarse? 3:38

Un salón pandémico en un garaje

Rajeshree Shah y su esposo, que viven en el condado de Orange, California, tienen la suerte de contar con empleos que les permiten trabajar desde casa. Pero, como Shah descubrió esta primavera, eso no significa que tenga la oportunidad suficiente de supervisar adecuadamente el aprendizaje en línea de sus dos hijas desde casa. Una está en cuarto grado y la otra en segundo. Ambas asisten a la escuela pública.

No podía prestarles a las niñas la atención que necesitaban. Si mi (hija) mayor me pedía ayuda con su tarea, debía decirle que estaba en una llamada y la ayudaré en 10 minutos. Entonces, pasaban dos horas», explicó. «Y la menor no podía hacer su tarea si yo no estaba allí para ayudarla».

La familia Shah decidió equipar su garaje como un salón pandémica para sus hijas y los hijos de sus amigos.

Así que Shah y su esposo decidieron que, al menos hasta diciembre, en vez de permitir que sus hijas asistieran a clases presenciales en la escuela pública, le pagarían a una tutora para que administrara una «salón pandémico» en su garaje para sus hijas y los hijos de su amigos.

Pintaron su garaje de púrpura y amarillo ––son grandes fanáticos de los Lakers–– compraron escritorios nuevos y escribieron un letrero que dice «Primaria Shah» porque querían crear un ambiente divertido para los niños durante un momento tan difícil.

Equipar su garaje costó cerca de US$ 900. Los Shah pagan US$ 2.000 dólares de los cerca de US$ 3.000 que la tutora gana mensualmente, tanto por la participación de sus hijas en el grupo como por algunas horas privadas que las niñas trabajan con ella.

Si bien US$ 2.000 es mucho dinero, solo son US$ 200 más al mes de lo que la pareja solía gastar antes de la pandemia, entre el costo del cuidado después de la escuela y una niñera que también ayudaba a la pareja con las tareas del hogar, explicó Shah. El dinero extra que están pagando se habría destinado a ahorros, dijo.

Para unos pocos afortunados, subsidios de empleadores ayudan a compensar los costos

Algunos padres tienen la suerte de tener empleadores dispuestos a subsidiar el alto costo del aprendizaje a distancia.

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Accenture decidió ofrecer dicho subsidio por una simple razón, explicó Ellyn Shook, directora de liderazgo y recursos humanos de la firma. «Nuestros padres con niños en edad escolar no sentían que tenían el apoyo que necesitaban para equilibrar sus responsabilidades como padres y las de su trabajo».

A través de un nuevo programa de beneficios para empleadores creado por el proveedor de cuidado infantil Bright Horizons en asociación con centros educativos de todo el país, Accenture está pagando la mayor parte de los costos de los empleados que inscriben a sus hijos en edad escolar en programas de apoyo al aprendizaje en lugares como Code Ninjas, Mathnasium y Centros de aprendizaje Sylvan. El costo para los padres es de solo US$ 5 la hora por cada hijo. Usualmente, hay supervisores para ayudar a los niños con sus clases en línea, pero no están enseñando el plan de estudios.

Otros empleadores también ofrecen beneficios de aprendizaje subsidiados en lugares como Bright Horizons o Varsity Tutors. Varsity Tutors, por ejemplo, ahora ofrece descuentos del 25% al ​​50% en tutoría y aprendizaje en grupo para empleados de aproximadamente 50 organizaciones, dijo el director académico Brian Galvin.

Los tutores normalmente cuestan US$ 60 la hora, dijo Gavin, pero los padres subsidiados pueden pagar de US$ 30 a US$ 45 la hora por sesiones individuales y mucho menos si su hijo está en un grupo de cinco niños dirigido por un tutor en el mismo nivel de grado.

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